Un estudio realizado por Science Advances durante las elecciones presidenciales de 2016, en Estados Unidos, arrojó que las personas mayores de 65 años compartieron siete veces más artículos con contenidos falsos, publicados en Facebook, que el grupo de personas más jóvenes.

Jevin West, director del Centro para un Público Informado de la Universidad de Washington, indica que existe la necesidad de crear una nueva cultura de «civilidad en el mundo digital». El profesor compartió con Hago Check tres recomendaciones que él hace a sus padres a la hora de usar las redes sociales para informarse.

1. Las emociones pueden ser engañosas

Si el titular causa una emoción positiva o negativa, se debe respirar profundo.

Recomienda tomar una pausa, pensar, pero sobre todo no difundir sin antes corroborar la información. «Ese es un consejo muy útil para mis padres», dice.

West indica que hay que ser escéptico cuando un titular causa duda o genera una emoción. «Buscar el artículo original en lugar de la publicación de Facebook o Twitter», es la mejor opción. Para hacerlo hay que ir en la fuente primaria o a nuestra red de fuentes confiables.

2. Crear red de fuentes confiables

¿En quién confiar? Crear redes de fuentes confiables es lo ideal. Analízalas constantemente: ¿son consecuentes?, ¿son transparentes?, ¿reportan los hechos de manera balanceada?, ¿son imparciales?

En otra publicación de este sitio, escribimos que un medio serio no busca convencerte de algo, simplemente expone los hechos.

Corroborar las fuentes puede ser trabajoso, advierte West, pero nos brinda la oportunidad de ver un asunto desde varias perspectivas.

Los rumores no son noticias. Son rumores. Fíjate si varias fuentes confiables (preferiblemente oficiales o medios de renombre) están hablando del tema.

«Hay sitios de internet que aparentan ser noticiosos, pero no lo son», dice West. Entre las preguntas que debes hacerte están: ¿cuándo se publicó?, ¿qué conozco sobre este medio? «Si ves cosas raras alrededor de eso, deberías ser un poco escéptico», recomienda.

3. Hay que desconectar cada cuanto

«Nuestras habilidades para discernir entre lo que es verdadero y lo que no, se vuelven cada vez más difíciles a medida que consumimos demasiada información», explica el profesor estadounidense.

Recomienda tomar una pausa de las redes sociales, de vez en cuando.

«Deberíamos tener como distintivo de honor, como algo de lo que nosotros, como sociedad, estamos orgullosos: no compartimos a menos que lo hayamos verificado», concluye.