La desinformación se diseña a menudo con el propósito de confundir a la población. Pero, ¿quiénes están detrás de la creación de estos rumores y quién los comparte?
La periodista de BBC, Marianna Spring, que investiga la desinformación en línea, identificó al menos cinco tipos de personas que comienzan estos rumores. Los enumeramos a continuación:
- El gracioso: un bromista que comparte una historia falsa como broma. «Esto se puede sacar rápidamente de contexto y la gente podría creer que es verdad», indica Spring.
- Estafador: se refiere a una persona o grupo de personas que utilizan información engañosa o falsa para obtener dinero o datos personales.
- Políticos: mensajes manipulados presentados por líderes o funcionarios electos.
- Los de las teorías conspiratorias: personas que crean y/o comparten teorías no comprobadas creyendo que es verdad con el fin de confundir.
- Persona enterada: individuos que dicen ser de una «fuente confiable», pero no se puede probar si lo son (muchas veces son activistas sobre el tema).
Muchas veces el creador del contenido original no es el responsable de la distorsión del mensaje, sino un tercero. Veamos un ejemplo:
Durante las protestas contra el racismo y el abuso policial en Estados Unidos, en 2020, la siguiente imagen se volvió viral: miles de usuarios compartieron en las redes que los Simpsons «predijeron», desde 1990, la muerte de George Floyd.
Una verificación realizada por AFP Factual concluyó que la ilustración realizada por un artista italiano en homenaje a George Floyd fue sacada de contexto con otros fines. El propio artista dijo a la agencia de noticias que usó la «caricatura más famosa del mundo para ayudar a tomar conciencia sobre la situación actual del mundo”.
¿Cuál es el perfil de los creadores de desinformación?
Una reciente investigación de la Asociación Internacional de Comunicación, establece que los creadores de estos contenidos son «ideológicamente extremos» por naturaleza e «hiperpartidistas». Indica, además, que suelen presentar contenidos que aprovechan y avivan los sentimientos de «desconfianza social».
Los estadounidenses, por ejemplo, «culpan» a los líderes políticos y activistas mucho más que a los periodistas por la creación de noticias inventadas, pero creen que es responsabilidad de los medios y periodistas solucionar el problema, según un estudio de Pew Research.
¿Por qué somos susceptibles de compartir desinformación?
Varios estudios han concluido que las personas tienden a compartir información que «resuena con sus propias vidas» y son coherentes con sus visiones políticas y sociales.
Se le conoce como «sesgo de confirmación», y es la tendencia humana a procesar información de acuerdo a nuestro sistema de valores.
Una reciente investigación establece que «las personas comparten información en las redes sociales con las que están de acuerdo y que creen que pueden hacer que se vean bien con los demás, obtener, mantener estatus social y/o lograr objetivos vinculados a la influencia personal».
¿Cómo podemos evitarlo?
Sabiendo que como humanos solemos tener «sesgo de confirmación», Damaso Reyes, experto en alfabetización mediática, explica que tenemos que ser conscientes de esta tendencia. «No queremos vivir en un mundo en el que solo vemos información que refuerce lo que nosotros creemos, porque algunas veces lo que nosotros creemos no es verdad».
Be the first to write a comment.